Alimentación y plato saludable
Es un modelo que puede dar una idea del objetivo al que llegar cuando se habla de alimentación saludable.
Los alimentos se deben considerar en GRUPOS y no de manera INDIVIDUAL, así que hay que centrarse de que en cada plato haya:
- Alguna verdura, o dos o tres.
- Al principio en forma de purés y luego cada vez menos triturados o aplastados con tenedor.
- Alguna proteína: pollo, ternera, cerdo con poca grasa, yema de huevo , pescado según la edad.
- En poca cantidad; no hace falta poner un filete grande, mejor un trozo tierno cortado, pequeño o en hilos mezclado con la verdura.
- Algún alimento de la familia de los cereales: arroz bien cocido, fideos, patatas, trozos de pan blanco.
- Fruta, después de ofrecerlas trituradas, empezar a darlas ralladas, maduras y tiernas, para terminar dándolas en trozos más grandes,
- La grasa de elección, por supuesto, será el aceite de oliva
- Y todo regado con agua, solamente agua.
Sobre los 12 meses
- Los niños deben incorporarse a la mesa familiar, y será la familia la encargada de introducir los patrones alimentarios.
- Los niños a partir del año puede perder algo el apetito.
- Esto sumado a que se introducen nuevos alimentos, texturas, colores y sabores, puede generar alguna aversión por parte del niño.
- Por ello el mejor consejo es paciencia, paciencia y paciencia…
La comida, un momento de compartir.
- La introducción de nuevos alimentos puede ser algo estresante.
- Padres y madres deben intentar que el momento de la comida sea un momento relajante, de compartir, de conversar.
- Si se convierte en la hora de pasar “examen” sobre lo que come o no come, los hijos se van a dar cuenta de que la comida es una buena manera de manipular o de estar pendientes de lo que hace y lo usará sin reparos para lograr sus objetivos, por ejemplo, para no esforzarse en comer, obtener un dulce, etc.
- Procurar evitar que la comida o la cena sean momentos de discusiones, de disputas, de nfados o de chantajes.
- Si el niño no come algo nuevo, no hay ningún problema, ya lo probará otro día; quizá al siguiente si se le vuelve a ofrecer ya no será nuevo y muestre otra actitud.
- De este modo, no hay que preocuparse si no come, por ejemplo, “tomate” cuando come otros vegetales.
El objetivo final es que el niño a lo largo de los dos primeros años coma la mayor variedad de alimentos; el camino debe ser gradual, progresivo, poco a poco. Hay que ser constantes, y ofrecer cada día algún alimento nuevo.
Claudia Guerrico
- Nutricionista – PsicoActúa
- Hospital Vithas Medimar Internacional. Alicante.