El baño, algo más que higiene de los niños
La necesidad del baño depende de cada niño y se puede convertir en una magnífica oportunidad para favorecer la autonomía de los hijos.
Por edades
- Menores de 6 meses de vida: el bebé está en una situación pasiva y el baño ayuda a mantenerlo limpio.
- De 6 a 12 meses: además de la higiene, el baño empieza a convertirse en una diversión.
- A partir de 1 año: los niños ya pueden empezar a participar en su higiene.
- A partir de los 2 años de edad: aumentan su autonomía; ya se encargan de su higiene; eso sí, mientras los padres los vigilan y supervisan.
Baño o ducha
- La mayoría de los niños pequeños prefieren la bañera.
- El paso a la ducha suele darse sobre los 4-5 años, que es cuando mejor la aceptan.
- En las niñas que padecen vulvovaginitis, se recomienda evitar que estén mucho tiempo sentadas sobre superficies húmedas después bañarse en playa o piscina, y se podría ampliar a los baños en casa y aprovechar la ocasión para pasar a la ducha.
La seguridad
- El niño no debe estar sólo ni un instante
- La vigilancia y la supervisión de los padres cuidadores debe ser permanente.
Cuándo?
- El momento del día dependerá de las circunstancias y necesidades familiares, ya que en muchas ocasiones ese rato se comparte con otro familiar.
Antes del baño
- Todo preparado con antelación.
- Tener a mano todo lo que se pueda necesitar.
- Nunca dejar al bebé solo en la bañera.
La temperatura ambiente
- La habitación donde se le bañe debe estar caldeada; así no sentirá frío al entrar o al salir del agua.
Frecuencia
- Menores de 6 meses:
- se ensucian muy poco y no necesitan un baño diario.
- se pueden bañar cada dos días; en algunos países se bañan una vez a la semana.
- Cuando empieza a gatear y a comer solo: se pueden manchar más y pueden necesitar un baño diario.
- Cuando caminan o tienen más autonomía: es conveniente bañar con más frecuencia.
- El baño debe ser lo suficientemente regular para que mantener una higiene adecuada.
- Si el baño es un momento agradable, se puede hacer diariamente. En muchas ocasiones se comparte ese rato con otro familiar.
- Cuando suponga una situación de estrés, se puede hacer con menos frecuencia.
- Cuando hace calor y aumenta la sudoración, los baños o duchas «sólo con agua» pueden ser más frecuentes para refrescarlos, a la vez que se adapta la ropa a esas circunstancias.
Llega el baño
- Cuando se usa la bañera, ésta no debe llenarse en exceso.
- Poner primero el agua fría y luego se añadirá caliente, salvo que se ponga premezclada.
- La temperatura del agua debe de estar sobre 36-37 ºC, para evitar quemaduras. Hay que comprobarla antes con un termómetro o probándola con el codo o la mano.
- Se pueden aplicar geles limpiadores extrasuaves (pH: 5 – 6), pobres en agentes jabonosos y pueden llevar ingredientes emolientes como glicerina o aceites; «enjabonarlos» con cariño y de forma delicada.
- Después, aclarar bien con agua.
- La duración del baño en los primeros días de vida, ha de ser breve, para evitar que el agua se enfríe y el niño también.
El pelo
- Se puede aplicar champú en días alternos.
- El champú ha de ser especial para niños de corta edad, muy suave y con un pH neutro, para que no provoque alergia, no irrite la piel y no escueza los ojos.
- Después del lavado y enjuagado abundante, hay que secar la cabeza con una toalla. Si se precisa se puede terminar con un secador (a baja temperatura).
Después del baño
- Secar todo el cuerpo con una toalla templada y suave, sin frotar.
- Especial atención a los pliegues (ingles, axilas, cuello) y a los genitales.
- Si su piel es muy seca, se puede aplicar una leche hidratante por todo el cuerpo.
- Se le vestirá en un entorno igual de caldeado, sea o no en el baño, para evitar que se enfríe.
Dr. Antonio Redondo Romero
Pediatra – Alicante
Hospital Vithas Medimar Internacional