Los padres no se divorcian de los hijos
Las separaciones o los divorcios de los padres son procesos dolorosos que se complican notablemente cuando hay hijos en común
Cada vez es más frecuente que unos padres preocupados, acudan a las consultas de pediatría, comentando que se van a separar de su pareja o ya lo han hecho, y no saben que pueden hacer para seguir ejerciendo como padre y madre de forma responsable.
Una vez tomado la decisión de la separación de la pareja, hay que plantear la nueva situación a los hijos.
Entonces surgen las primeras dudas al desconocer cuál puede ser su primera reacción, qué va a suceder con la custodia y con los regímenes de visitas y de qué manera puede repercutir el divorcio a los abuelos u otros parientes.
¿Qué problemas pueden tener los hijos?
Una separación siempre es un shock para un hijo; según la relación que se mantenía con los padres le va a afectar más o menos . Como escribió el Dr. P.Castells “la separación no es más que un fotograma de una película que ha empezado hace mucho tiempo y que le queda bastante para terminar”.
Existen ocasiones en que la separación puede verse como favorable, si se comparara con la situación previa en casa, y que era insoportable. Incluso alguna separación facilitará que los hijos conozcan más a uno de sus padres.
¿Estos efectos son diferentes según la edad y el sexo?
Tras la separación es frecuente está que una hija esté más amparada que un hijo, porque ella actúa con más sumisión y pasividad, y el entorno se vuelca con ella. Por el contrario, el chico suele tomar una actitud de rebeldía e irritabilidad hacia el exterior, y el entorno rechaza este comportamiento.
La peor edad para vivir esta situación suele ser la adolescencia, porque el joven necesita un modelo de identificación muy fuerte y cuando desaparece este personaje admirado, él se queda «huérfano» de esta imagen que es la que le ayudaría a madurar en esta época tan frágil de su desarrollo.
¿Qué deben hacer los padres para perjudicar, lo menos posible, a los hijos?
Primordial el respeto a los hijos. Aunque el amor entre la pareja se acabe, el respeto entre los padres siempre debería permanecer; siguen teniendo esa empresa común – los hijos- en la que hay que invertir, y mucho, para que puedan ser felices. Deberían poder hablar y contarse todo lo que tenga que ver con sus hijos.
¿Qué no deben hacer?
No es infrecuente observar que uno de los ex-cónyuges manipula al hijo para ponerle en contra del otro. Es una situación que perjudica a todos, y de forma particular a los pequeños.
¿Custodia compartida, sí o no?
Mejor una custodia compartida, al ser la situación más parecida a la vida anterior; aunque es muy complicada y exige un gran esfuerzo por ambas partes, vale la pena.
No obstante hay valorar cada caso, que será diferente.
No hay que olvidar que:
- El divorcio, realidad indiscutible de nuestro tiempo, plantea un problema añadido para seguir manteniendo la relación con los hijos.
- Todo resentimiento tiene fecha de caducidad.
- No olvidar que fue bonito mientras duró.
- Se debe procurar hablar bien del otro.
- Hay que dar ejemplo.
- Existe una eficaz, aunque difícil, terapia del perdón; incluso para uno mismo perdonar es saludable.
- Los abuelos tampoco se divorcian de sus nietos.
- Hay que contar con otros parientes y buenos amigos.
- Una regla de oro es asegurar, y demostrar, a los hijos que sus padres les siguen queriendo a pesar de sus desavenencias personales.
El Dr. Paulino Castells lo considera como una «vacuna que pueden administrar los padres para inmunizar a los hijos en el trauma del divorcio».
Dr. Antonio Redondo Romero
Pediatra – Alicante
Hospital Vithas Medimar Internacional