Hay una serie de circunstancias que les toca vivir a los padres en el momento que, tras unas largas vacaciones, los hijos vuelven al colegio.
Hay que empezar …
Toca modificar algunos hábitos que se han implantado durante las vacaciones, para una buena adaptación al colegio. Tras el verano con «sus» horarios, el cambio de estos hay que ponerlos en marcha antes de su escolarización… el momento del despertar o de irse a la cama, las horas de las comidas, la permisividad con la televisión….
Ante la llegada de septiembre
Síndrome postvacacional
Los adultos viven este síndrome; de la misma forma los hijos sufren cierto nerviosismo y ansiedad cuando llega la hora de volver a clase. La mayoría se van a adaptar sin problema alguno, pero puede darse algún caso en que hará falta una o dos semanas más para que llegue la deseada normalidad; en estos casos hay que tener más paciencia, sin agobiarles mucho.
Más fácil
Si los padres transmiten una impresión positiva de lo que representa volver al colegio (reencuentro con compañeros, nuevas materias y profesores, estreno de mochilas, libros, lápices, deportivos, etc.) para los hijos será más estimulante.
Llegan los acuerdos
Es el momento de “negociar” otros horarios, como los del estudio en casa;
- se elegirá un espacio con silencio y tranquilidad
- así se favorecerá la concentración y la atención en lo que está haciendo
- evitar el sonido de la televisión o de las llamadas a teléfonos móviles
- no tener cerca la tentación de los videojuegos
- la presencia de ordenador sólo para los momentos en que tenga que usarlo para los deberes
Actividades extraescolares
Llega la amplia oferta de las actividades extraescolares; hay que pensar que los hijos necesitan tiempo para descansar y para jugar – son niños – y por ello se recomienda hacer un uso responsable de este esfuerzo extra (idiomas, deporte, música, informática,…) y no sobrecargarles de obligaciones.
Familia y profesores
Los profesores van a facilitar el avance académico de los hijos, pero la educación depende, principalmente, de la familia, por lo que ésta no debe delegar la educación de sus hijos en los profesores, aunque si se les puede demandar su apoyo y complicidad.
Los padres deben transmitir a sus hijos una imagen positivo de los profesores, en quien deben encontrar colaboradores para consolidar ciertos valores de la vida cotidiana o de determinados hábitos (la higiene, la disciplina, el respeto, el orden, la tolerancia, aprender a compartir, etc.).
Dr. Antonio Redondo Romero
Pediatra – Alicante
Hospital Vithas Medimar Internacional