Es una enfermedad de la piel, de larga evolución, que se caracteriza por su sequedad, la aparición de lesiones de enrojecimiento e inflamación y de descamación en placas, así como de un intenso prurito o picor. Alterna períodos de remisión con otros de recaídas o brotes. Es la enfermedad crónica de la piel más frecuente en niños.
Población afectada
- Suele comenzar en la infancia, aunque también sucede en pacientes adultos.
- Edad de mayor incidencia: son los primeros meses de vida:
- inicio entre los 3 o 4 meses
- persiste hasta los 4 o 5 años, o más adelante
- Puede aparecer desde el primer mes de vida, pero a esa edad es difícil saber si se trata de una dermatitis atópica o seborreica, o una mezcla de ambas.
- Alrededor del 10% de la población la padece o la padeció.
Causas
- No se conoce la causa de la enfermedad.
- Se sabe que la herencia juega un papel importante, con sospecha de una base genética.
- Es frecuente que padres o hermanos hayan padecido dermatitis atópica o alergias, asma, rinitis o urticarias.
El concepto que debe quedar claro es que la dermatitis atópica no es una alergia y no mejora por hacer “pruebas alérgicas” a los alimentos.
Aunque la alergia es la causa identificable más frecuente, es más frecuente es que no se identifique ninguna causa,
Síntomas
- Piel seca, con tendencia a la descamación.
- Picor que suele ser muy intenso y provoca la necesidad de rascarse y con el riesgo de producirse lesiones.
- Enrojecimiento o inflamación de la zona afectada, en alguna ocasión.
- Es frecuente que se altere el carácter y el sueño.
Zonas más afectadas
- Puede aparecer en cualquier parte de la piel del cuerpo.
- En los más niños pequeños las zonas más típicas son
- mejillas
- cuello
- cara externa de los brazos
- muñecas
- dorso de las manos
- muslos
- pies
- área del pañal
- En los niños mayores y en los adultos
- flexura de codos
- flexura de rodillas
- cuello
- pies
- manos
Diagnóstico
Es suficiente ver los síntomas con sus lesiones, localización y picor.
No existen análisis ni pruebas específicas que la puedan diagnosticar.
Características a conocer
- No se transmite entre personas
- aunque el contacto sea cercano y prolongado
- por contacto directo, ropas, toallas o agua.
- Los síntomas
- no son graves
- si muy molestos.
- desesperan al paciente, y afectan a sus familiares.
- Un rasgo típico, es que sean niños muy «movidos».
- Situaciones estresantes pueden favorecer la aparición de un brote, en los mayores.
Cómo repercuten ciertas épocas del año
- El grupo más numeroso empeora en los meses fríos, y mejoran mucho en los meses cálidos, pudiendo llegar a desaparecer por completo.
- Otro grupo empeora en los meses cálidos, y mejora en los meses fríos.
- Otros pacientes que tienen los mismos síntomas en todos los meses del año.
Evolución
Puede alternar:
- períodos de mejoría
- períodos de empeoramiento.
Habitualmente mejora con la edad.
Los síntomas pueden desaparecer en la mayoría de los casos.
Tratamiento
- Tratamiento de los brotes o de rescate
- indicado cuando aparecen lesiones y picor.
- dirige a controlar el picor y a hacer desaparecer las lesiones.
- Tratamiento preventivo continuo
- indicado cuando la dermatitis atópica es severa
- con síntomas frecuentes, o muy duraderos, o no llega a desaparecer entre brotes.
- Tratamiento de la causa: en los casos en que se identifica una alergia y se intentar eliminar esa causa.
Cuidados generales de la piel atópica
- En los niños pequeños, evitar baños prolongados.
- En los niños mayores, mejor duchas cortas que baños.
- El agua no debe estar muy caliente, máximo 32-33 º C.
- Evitar utilizar jabones irritantes, para lo cual es aconsejable usar
- Jabón suave, no agresivo, con pH ácido o neutro.
- Gel syndet (sin detergente)
- Jabón de avena o parafina.
- Aceite de baño,
- se puede incorporar al agua del baño
- también aplicar sobre la piel todavía húmeda tras el baño.
- Para secar la piel hay que usar toallas suaves, y sin frotar.
- Mantener una buena hidratación de la piel
- La cantidad y la frecuencia de su aplicación se adaptará a las necesidades que se precise.
- En las zonas más resecas, se repetirá con más frecuencia.
- Procurar mantener las uñas del niño cortas y limpias, para evitar lesiones por rascado.
- La ropa interior, la de cama y todo en lo que vaya a tener contacto con la piel debe ser de algodón.
- Evitar las prendas de lana y de tejidos sintéticos o ásperos.
- No abrigar en exceso y evitar ropa ajustada.
- Antes de estrenar la ropa es conveniente lavarla.
- Quitar etiquetas.
- Para el lavado de la ropa se recomienda evitar jabones no detergentes.
- No es conveniente añadir suavizantes.
- Después del lavado, aclarar bien la ropa. para que no queden restos de los productos usados.
- Evitar las circunstancias y elementos que provocan prurito como
- el calor, especialmente el producido por aire caliente
- la sequedad ambiental
- el contacto con lana, plásticos y alguna fibras.
- El agua de mar es beneficiosa en la mayoría de los casos.
- El cloro de las piscinas es un irritante.
- Es beneficiosa la exposición moderada al sol.
- La sudoración tiende a empeorar los síntomas.
Tan perjudicial es la falta de higiene como el exceso de agua y jabón.
Dr. Antonio Redondo Romero
Pediatra – Alicante
Hospital Vithas Medimar Internacional