Durante la adolescencia se suele crecer el 25% de su talla y ganan el 50% de su peso definitivos. Además se desarrollan los caracteres sexuales secundarios y se producen importantes cambios en el tamaño y la composición corporal.
La adolescencia es una etapa de gran riesgo nutricional debido a:
- Aumento de las necesidades nutricionales por su gran crecimiento y desarrollo.
- Cambios en los hábitos alimentarios.
- Posibles situaciones de riesgo (deporte, uso de contraceptivos, consumo de drogas, embarazo, ….).
- Sentimiento de independencia.
- Influencia de los amigos y de los medios de comunicación.
- Diferentes situaciones familiares.
Hábitos alimentarios de riesgo:
- Suprimir comidas, generalmente el desayuno o la comida. La pérdida del desayuno provoca más dificultades en el aprendizaje y en el rendimiento escolar.
- Picotear entre comidas, con la consecuente disminución del apetito. Estos snacks pueden favorecer obesidad, caries y crear malos hábitos alimentarios.
- Comer fuera de casa, realizando comidas rápidas; su repercusión va relacionada con la frecuencia.
- Disminuir el aporte de leche, aumentar las bebidas azucaradas y el uso de alcohol.
- Instaurar comportamientos alimentarios, como la anorexia o la bulimia.
Para tener en cuenta
- Educar con pautas de conductas nutricionales y estilos de vida saludables a niños, jóvenes, padres y educadores
- Modificar los hábitos alterados: – Motivar hacia dietas adecuadas para que vean los beneficios que les interesen a corto plazo (mejor desarrollo muscular, actividad deportiva, aspecto físico..) – Mostrar los problemas y limitaciones de la comida rápida, no suprimirlas sino adaptarlas y complementarlas a su estilo de vida.
- Exámenes periódicos de salud para detectar problemas y deficiencias, de forma precoz.
Objetivo final: lograr un crecimiento y desarrollo adecuados que lleven a una buena calidad de vida.
Dr. Antonio Redondo Romero
Pediatra – Alicante
Hospital Vithas Medimar Internacional