Agua para tu hijo
El agua es imprescindible para que los organismos funcionen: el 60% del cuerpo es agua. En un lactante el 80% de su peso es agua , mientras en las personas mayores desciende hasta el 50%. El agua forma el 85% de la sangre, el 90% del cerebro, el 13% de la piel y casi el 70% de los músculos.
Además de la utilizada para la preparación de las comidas, beber agua es la principal fuente de ingreso hídrico en el organismo. El organismo obtiene el agua del líquido que se ingiere y del que el cuerpo produce como consecuencia de su metabolismo.
Los alimentos que tienen más agua son las frutas y los vegetales. Gracias al agua se realizan funciones vitales, tales como regular la temperatura corporal o transportar alimentos y gases.
Su consumo diario va a ser imprescindible ya que nuestro cuerpo va a volver a perder agua mediante la respiración, la transpiración, el sudor (visible o invisible), la orina y las heces.
Consumo de líquidos en la infancia
El agua y la leche deben ser las bebidas básicas en la infancia, en lugar de los zumos de frutas y las bebidas de refresco cuyo consumo ha aumentado en exceso en los últimos años. Inculcar unos correctos hábitos alimenticios en la edad infantil va a aumentar la probabilidad de que éstos se mantengan durante la edad adulta.
El biberón
Para preparar correctamente el biberón de los lactantes, el agua ha de ser pobre en minerales.
Si use utiliza agua potable para prepararlos, ésta debe hervirse durante un minuto (viviendo a nivel del mar) contado a partir de que empieza la ebullición en la superficie. Por cada mil metros por encima del nivel del mar, en que se viva, debe añadirse un minuto más.
Una alternativa al hervido del agua potable es el empleo de aguas de bebida envasada que, por definición, no contienen microorganismos patógenos ni parásitos; o sea que esta no precisaría su ebullición. (http://www.aguainfant.com )
Es necesario el lavado de las manos previo a la preparación del biberón, así como extremar las medidas higiénicas de tetinas, biberones y chupetes; estos hábitos deberían mantenerse hasta los 9-12 meses, ya que a partir de entonces el lactante gatea y parece incongruente hervir el agua y no poder evitar que las manos sucias del suelo vayan a su boca.
Beber sin esperar a tener sed
- La sudoración aumenta ante la exposición al sol y al calor, y se pierde más cantidad de líquidos, surgiendo la necesidad de reponer el agua perdida; no es conveniente esperar a sentir sed para beber agua.
- En la práctica deportiva:
- pérdida de líquidos en forma de sudor
- una correcta hidratación colabora con el sistema cardiovascular, mejora el trabajo muscular y optimiza el rendimiento.
- si se suda poco o la actividad física no es muy fuerte, se puede beber sólo agua, pero si se suda en abundancia y la actividad se repite con frecuencia (entrenamientos habituales), conviene recurrir a bebidas que contengan también sales.
- La fiebre, la diarrea y los vómitos son otras circunstancias en que habrá que incrementar la ingesta inmediata de líquidos.
- En el estreñimiento el agua ayuda a disolver las fibras residuales de los alimentos, siendo necesaria para facilitar la expulsión de las heces.
Dr. Antonio Redondo Romero
Pediatra – Alicante
Hospital Vithas Medimar Internacional