Anemia
Se habla de anemia cuando la cifra de hemoglobina (la proteína que transporta el oxígeno en la sangre) está por debajo de lo normal para su edad y sexo.
Esta cifra se compara con unas tablas de valores normales, que varían con la edad. Un recién nacido tiene una cantidad de hemoglobina distinta a la de un adolescente.
La anemia más frecuente es la que es pobre en hierro (ferropénica); el hierro se obtiene normalmente a través de los alimentos en la dieta habitual.
En el niño se van a dar unas características, distintas a las del adulto, por las cuales se puede desarrollar esa anemia:
- su crecimiento
- las infecciones de repetición
- frecuentes errores en la alimentación
- escasez de los depósitos de hierro.
¿Qué síntomas se pueden presentar?
Es muy frecuente encontrar
- palidez de piel y mucosas
- cansancio notable
- pérdida del apetito
También se pueden presentar otros signos:
- irritabilidad
- falta de interés
- taquicardia
- uñas quebradizas
- soplo sistólico
- puede llegar a observarse cierta disminución de la capacidad de concentración y aprendizaje.
Niños que tienen mayor riesgo
En bebés
- que han nacido a edad prematura
- niños que han tenido bajo peso al nacer
- hijos de madres que han padecido hemorragias úteroplacentarias o tienen embarazos múltiples.
- lactantes que toman biberones de leche no suplementada con hierro
- cuando que alimentan con leche de vaca antes de los 12 meses de vida.
Los niños mayores pueden presentar anemia
- al llevar una alimentación incorrecta
-
- exceso de lácteos y cereales
- pobre en carne magra, frutas y vegetales
-
- en los casos que tienen infecciones frecuentes
- cuando tienen problemas de malabsorción intestinal, entre otros.
¿Qué pueden hacer los padres para evitar o tratar precozmente la anemia?
Fundamental llevar una dieta adecuada.
En caso de ser posible se mantendrá la lactancia materna hasta los 4 ó 6 meses de vida, ya que el hierro de esta leche se absorbe mejor, a la vez que los niños amamantados de forma natural tienen menos procesos infecciosos.
Caso de que no sea así, se ofrecerá una leche artificial suplementada con hierro.
A partir de los 5- 6 meses de vida se comenzará a dar frutas, vegetales y carne magra, evitando introducir la leche de vaca antes de los 12 meses.
A partir del año hay que seguir ofreciendo una dieta equilibrada, completa y variada.
¿Cuándo acudir al pediatra ?
Cuando se observe que el niño tenga alguno de los síntomas comentados, o si el niño está entre los grupos con riesgo de padecer anemia.
Si se considera oportuno, el pediatra le solicitará un análisis de sangre en el que deberán estar disminuidos algunos parámetros (hemoglobina, volumen corpuscular medio, hierro, ferritina, …).
¿Qué tratamiento hay que administrar?
Una vez diagnosticado de anemia, el pediatra le indicará el tratamiento con unos suplementos orales de hierro;
- se absorben mejor si se toma con el estómago vacío, aunque muchos niños no lo toleran, siendo necesitan tomarlo con el alimento.
- La leche y los antiácidos pueden interferir con la absorción del hierro, por lo que no se deben tomar al mismo tiempo que los suplementos.
- Hay que tener presente que el hierro puede tener las heces negras, y alterar el color de los dientes, por lo que se recomienda un cepillado después de la toma de la medicación..
Este tratamiento se puede apoyar con una dieta rica en hierro, que incluye carne magra (preferiblemente ternera), pescado y frutas ricas en vitamina C, que favorecen la absorción de hierro. También se debe contar con uvas pasas, yema de huevo y legumbres.
Y, por supuesto, llevar la alimentación completa y variada que el pediatra le va a recomendar.
Dr. Antonio Redondo Romero
Pediatra – Alicante
Hospital Vithas Medimar Internacional